Este sedán estándar en color Shell Grey de 1965, volvió a casa tras un viaje de 59 años. Este vehículo histórico, con número de chasis SBH1001, se unió a la Colección Heritage de Bentley en Crewe, Inglaterra, tras una cuidadosa restauración que ha devuelto su esplendor original.
Un regreso lleno de historia
El Bentley T-Series fue matriculado por primera vez el 28 de septiembre de 1965 como un coche de pruebas de la empresa y rápidamente ganó notoriedad al aparecer en la cobertura de prensa del Salón del Automóvil de París ese mismo año. Su importancia radica en ser el primer Bentley con una estructura monocasco, lo que representó una revolución en la ingeniería automotriz de la época, ya que era mucho más ligero y ofrecía un rendimiento mejorado en comparación con los modelos anteriores.
Durante décadas, el coche permaneció en almacenamiento hasta ser redescubierto por Mike Sayer, responsable de la Colección Heritage de Bentley, y Wayne Bruce, director de comunicaciones de la marca. Ambos lo encontraron bajo una lona en la parte trasera de un almacén, en un estado de deterioro significativo, con varias piezas faltantes, incluido todo su interior. Sin embargo, conscientes de su valor histórico, tomaron la decisión de restaurarlo minuciosamente, preservando la mayor parte de sus componentes originales.
Proceso de restauración
El proceso de restauración, que duró 18 meses, fue liderado por los expertos de P&A Wood, un socio de Bentley especializado en la conservación y restauración de modelos clásicos de la marca. El equipo se enfrentó a numerosos desafíos, como la falta de un tablero de instrumentos, daños en el cableado sin un diagrama claro y corrosión en el bastidor auxiliar trasero. Además, se encontraron con reparaciones de mala calidad que se habían realizado en el pasado.
Para solucionar estos problemas y mantener la autenticidad del vehículo, se adoptó el mantra de “reparar en lugar de reemplazar”. Se obtuvieron piezas de un coche donante, se restauraron componentes únicos como las válvulas de distribución de frenos y se revisaron todos los sistemas mecánicos para asegurar su correcto funcionamiento. La pintura original fue retirada cuidadosamente, y el coche fue repintado siguiendo métodos tradicionales para conservar su apariencia auténtica.
El vehículo, junto con otros 45 automóviles históricos, estará en exhibición permanente en el campus de Bentley en Crewe y se mantendrá en condiciones de funcionamiento para su uso en eventos y exposiciones. Ahora, como parte de la Colección Heritage, esta joya histórica seguirá inspirando a generaciones futuras, recordando siempre los 105 años de legado de Bentley en la industria automotriz.
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