Hervé Poulain, un empresario, subastador y expiloto de carreras, ha dejado una huella imborrable en el mundo del automovilismo al combinar arte y velocidad a través de los icónicos BMW Art Cars. Esta innovadora iniciativa nació de su visión de unir a algunos de los artistas contemporáneos más renombrados con vehículos de alto rendimiento de BMW, como el BMW M1 y el BMW Z1.
El resultado ha sido una serie de coches únicos, adornados con obras de artistas como Roy Lichtenstein y Jeff Koons, que han competido en las prestigiosas 24 Horas de Le Mans.
Las 24 Horas de Le Mans, una de las pruebas de resistencia más duras del automovilismo, premian al vehículo que recorra la mayor distancia en 24 horas. Este evento atrae a más de 250.000 espectadores cada año, y los BMW Art Cars se han convertido en una parte integral de su historia.
Poulain describe el arte y las carreras como regalos para el público. Mientras el arte llena el silencio de los dioses, las carreras representan una lucha contra la finitud y una fuente de intensa alegría y realización personal. Su frase emblemática, “¡Larga vida al arte! ¡Larga vida a la velocidad! ¡Larga vida a BMW, mi socio en la élite!”, refleja su pasión inagotable y la profunda conexión entre ambos mundos.
Aunque Poulain celebra la longevidad y el impacto de los BMW Art Cars, también lamenta que los nombres de los pilotos que dieron vida a estos coches a menudo se olviden. Destaca la importancia de recordar las experiencias y riesgos de los pilotos como parte esencial del legado de los Art Cars y hace un llamado a recuperar su reconocimiento.
El compromiso continuo de Poulain con el jurado de los BMW Art Cars y su participación en la presentación del 20º BMW Art Car, obra de Julie Mehretu, demuestra que, medio siglo después de su creación, esta idea sigue más viva que nunca. La combinación de arte y automovilismo continúa emocionando y cautivando a públicos de todo el mundo.