El reciente informe de la Asociación Automotriz del Perú (AAP) revela un incremento sostenido en el flujo vehicular nacional, destacando un crecimiento del 3.5% en septiembre de 2024 comparado con el mismo mes del año pasado.
Este avance se da tanto en vehículos ligeros como pesados, impulsado por el turismo, el comercio y sectores productivos como la minería y la construcción. Sin embargo, detrás de este dato positivo se ocultan desafíos complejos que merecen un análisis detallado.
Beneficios: Más que Solo Números Positivos
1. Dinamización Económica
El aumento del flujo vehicular refleja un impulso en el turismo interno y en actividades comerciales. Eventos como festivales y ferias no solo fomentan el turismo, sino que también generan empleo y activan sectores como la gastronomía, el alojamiento y el transporte.
2. Crecimiento de Sectores Productivos
El transporte pesado, vinculado a sectores como la construcción y minería, muestra cómo el desarrollo de infraestructura y la producción de recursos naturales están en auge. Esto es clave para la recuperación económica, especialmente en zonas alejadas donde estas actividades son motor de progreso.
3. Integración Regional
El flujo vehicular creciente en regiones como Arequipa, Piura y Puno evidencia una mayor conectividad entre provincias. Esto no solo facilita el comercio interno, sino que también refuerza la identidad cultural a través de celebraciones locales que atraen visitantes.
Los Malestares: Más Vehículos, Más Problemas
1. Congestionamiento y Contaminación
El incremento vehicular, aunque positivo para la economía, agrava problemas urbanos como el tráfico y la contaminación ambiental. Ciudades como Lima y Trujillo ya enfrentan embotellamientos severos que afectan la calidad de vida y aumentan las emisiones de gases contaminantes.
2. Infraestructura Insuficiente
El crecimiento del parque automotor no siempre es acompañado por mejoras en la infraestructura vial. Tramos como el de San Antonio-Chikyap en Andahuaylas, que sufrió interrupciones, reflejan una debilidad en la capacidad de respuesta ante fenómenos naturales y el desgaste de carreteras.
3. Riesgos por Conflictividad Social
El reporte alerta sobre el impacto potencial de protestas sociales. Las demandas de mineros informales y la creciente inseguridad podrían paralizar rutas claves. Esto no solo afectaría la economía, sino también el abastecimiento de bienes esenciales en diversas regiones.
El Dilema: Crecimiento vs. Sostenibilidad
El desafío para el país es equilibrar el crecimiento económico con un desarrollo sostenible del transporte. Si bien el aumento del flujo vehicular es una señal alentadora de recuperación económica, es necesario atender los problemas asociados. La inversión en infraestructura vial, el fomento del transporte público eficiente y la promoción de vehículos menos contaminantes deben ser prioridades en la agenda nacional.
Además, se requiere una gestión proactiva para prevenir conflictos sociales que puedan impactar la movilidad. El diálogo entre el gobierno, comunidades y sectores productivos es fundamental para evitar bloqueos que comprometan el dinamismo económico logrado.
El crecimiento del flujo vehicular es un termómetro de la recuperación económica en Perú, pero también un recordatorio de los retos que enfrenta el país en infraestructura, sostenibilidad y cohesión social. Abordar estos desafíos con una visión estratégica será clave para consolidar los beneficios y mitigar los malestares que vienen con el progreso.