En un emocionante desarrollo para la industria automotriz, Stellantis ha anunciado su intención de validar el rendimiento de las innovadoras baterías de estado sólido de Factorial. Estas baterías, que prometen una densidad de energía superior a 390Wh/kg, serán instaladas en una flota de Dodge Charger Daytonas a partir de 2026.
Esta mejora en la tecnología de baterías podría traducirse en vehículos eléctricos más ligeros y con una autonomía significativamente mayor que los modelos actuales, que utilizan baterías de iones de litio con una densidad de alrededor de 270Wh/kg.
La carrera por comercializar vehículos eléctricos con baterías de estado sólido se ha intensificado. Por ejemplo, SAIC, propietario de MG, planea equipar sus modelos con esta tecnología el próximo año, comenzando con su sedán IM L6, que ofrecerá una autonomía de 497 millas con una batería semi-sólida. Por su parte, Nissan y Toyota tienen como objetivo lanzar sus primeros vehículos eléctricos con baterías de estado sólido entre 2027 y 2028. Chery, un fabricante chino, ha anunciado que sus baterías alcanzarán una densidad de 600Wh/kg para 2026.
Volkswagen también se ha sumado a esta tendencia, anunciando que su división de fabricación de baterías, PowerCo, producirá en masa baterías de estado sólido en colaboración con la empresa estadounidense QuantumScape.
A pesar de estos avances, no todos los expertos están convencidos de que las baterías de estado sólido sean la solución definitiva para los vehículos eléctricos. Markus Schäfer, director de tecnología de Mercedes-Benz, ha señalado que los avances en la tecnología de baterías de iones de litio podrían hacer que las baterías de estado sólido no sean necesarias, dado el progreso significativo en la mejora de las celdas convencionales.
Con una competencia creciente y una rápida evolución tecnológica, el futuro de las baterías de estado sólido parece prometedor, aunque todavía quedan desafíos por superar antes de su comercialización masiva. La industria automotriz está observando de cerca estos desarrollos, que podrían redefinir el paisaje de la movilidad eléctrica en los próximos años.