Ante los problemas de calidad y seguridad vinculados a Daihatsu, Toyota asume el control total de los productos para naciones en desarrollo.
Al cierre del año pasado, estalló un escándalo industrial significativo vinculado a Daihatsu, una marca dentro del conglomerado Toyota. Durante mucho tiempo, Daihatsu ha sido designada para liderar el desarrollo de modelos destinados a mercados emergentes.
Esta responsabilidad ha llevado a que muchos de estos modelos difieran de los comercializados por Toyota en otros países del mundo. Se fabrican utilizando una versión de bajo costo de la plataforma TNGA de Toyota, denominada DNGA, en instalaciones ubicadas en el sudeste asiático.
Varios de estos modelos, reconocidos en América Latina, incluyen el Yaris tailandés, el Yaris Cross de Indonesia, el Agya, el Avanza y el Raize, una versión derivada del Rocky de Daihatsu. Todos estos vehículos fueron diseñados y desarrollados directamente por Daihatsu y difieren considerablemente de los modelos vendidos en Europa, Japón y otras regiones.
Aunque Daihatsu ha asumido responsabilidad y ha enfrentado estos problemas de frente, es Toyota quien debe resolver la situación. Dado que la reputación de confiabilidad es primordial para la marca japonesa, han tomado una decisión drástica: retomar el control total del desarrollo de estos modelos. Incluso han suspendido las exportaciones de manera inmediata hasta resolver todos los inconvenientes.
Toyota ha eliminado la entidad interna conocida como EMCC (Emerging-market Compact Car), en la que Daihatsu desempeñaba un papel central en la investigación, desarrollo y planificación de modelos. A partir de ahora, Toyota establecerá un nuevo departamento llamado Toyota Compact Car Company, que asumirá todas estas funciones, desde el diseño del negocio y la planificación de vehículos hasta su desarrollo, homologación y validación para diversos mercados.
Daihatsu continuará involucrada en este negocio, pero ya no liderará el proceso. En su lugar, se le asignarán ciertas tareas específicas de desarrollo, las cuales serán supervisadas por Toyota. Esta reestructuración también impactará en la gestión de otras filiales. Por ejemplo, Toyota Daihatsu Engineering & Manufacturing Co. Ltd. y Toyota Motor Asia Pacific Pte Ltd. se fusionarán para formar Toyota Motor Asia.
Con estas modificaciones, Toyota Motor buscará recuperar el control de este negocio y reconstruir la confianza perdida. En cuanto a los modelos existentes, Daihatsu continuará siendo responsable, pero ahora bajo la supervisión estricta de Toyota. En lo que respecta a los modelos nuevos que aún no estén muy avanzados en su desarrollo, Toyota asumirá el control completo y directo.
FUENTE: TOYOTA